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Chuparse el dedo es un reflejo natural de todos los bebés y un comportamiento que mantienen muchos niños en sus primeros años de vida. Muchas veces, algunos lo hacen cuando están en el vientre materno.
Pero si tu hijo succiona con fuerza el chupón, el dedo pulgar o varios dedos de la mano, y es un hábito que ha perdurado más allá de los 4 años de edad, puede tener consecuencias. Aquí te decimos cuáles son y cómo puedes corregirlo.
¿Por qué los niños se chupan el dedo?
Los estudios en odontopediatría indican que los bebés desarrollan diferentes tipos de reflejos, los más conocidos son:
- El reflejo perioral, que ocurre cuando se toca la esquina de la boca del bebé, gira su cabeza y abre la boca para seguir la dirección del estímulo. Es el reflejo que ayuda al bebé a encontrar el pecho o el biberón.
- Reflejo de succión, que se da cuando el reflejo perioral de la boca del bebé toca el pecho o el biberón y el infante comienza a succionar. Este reflejo es el que induce a que algunos niños sientan la necesidad de succionar el dedo o el chupón.
Entonces, como puedes notar, la succión digital, comúnmente conocida como succión del dedo, es un comportamiento común en los niños pequeños, especialmente en los lactantes, a raíz del reflejo de succión, el cual tiene lugar, incluso, desde que un bebé está en el vientre materno.
Según la Escuela de Medicina para el cuidado de los niños de Stanford, el 90 % de los recién nacidos muestra algún tipo de forma de chuparse la mano a las dos horas de edad. Es decir, es un hábito natural.
Ahora bien, los niños pueden chuparse el dedo por varias razones, pero el motivo primordial es que es una forma natural de satisfacer la necesidad de alimentación y bebida, lo que les permite nutrirse y garantizar su desarrollo. Al hacerlo, los bebés pueden sentir una sensación de bienestar y placer.
La mayoría de los bebés usa el dedo pulgar, aunque hay niños que utilizan varios dedos, chupón o hasta otros objetos, los cuales actúan como una respuesta natural a las necesidades de confort y seguridad emocional.
Asimismo, en los niños mayores la succión del dedo puede ser una forma de lidiar con el estrés emocional, el aburrimiento o la fatiga, así como una forma de mantenerse cómodos y relajados durante el sueño o durante actividades tranquilas.
La Academia Norteamericana de Odontología Pediátrica (American Academy of Pediatric Dentistry) establece que la mayoría de los niños dejan de chuparse el dedo pulgar por sí mismos, entre los dos a cuatro años de edad.
Pero aunque la succión del dedo es un comportamiento común y generalmente inofensivo, puede llevar a problemas dentales si se prolonga en el tiempo. ¡Veamos cuáles son esas consecuencias!
¿Cuáles consecuencias dentales tiene chuparse el dedo?
Los odontopediatras alertan sobre los riesgos de que un niño continúe chupándose el dedo cuando ya le han brotado los dientes permanentes. Entre algunas de sus consecuencias están:
Mala alineación dental y maloclusión
Cuando los niños se hacen mayores y han chupado sus dedos por un largo período de tiempo, pueden ejercer mucha presión en los dientes y la mandíbula.
Esa presión constante puede empujar los dientes de leche hacia fuera o hacia adentro, lo que resulta en la desalineación dental. Esto puede conducir a una maloclusión, lo que significa que los dientes superiores e inferiores no se encuentran en la posición correcta al cerrar la boca.
Deformación en la boca
La succión digital puede causar que el maxilar superior no crezca lo suficiente, porque, cuando el niño se chupa el dedo, la lengua no ocupa el lugar que debería y provoca que el maxilar y la mandíbula no se desarrollen correctamente. Y, posiblemente, ocasionar una deformación del paladar.
Dificultades en el habla
La posición que toma el dedo pulgar en la boca puede causar deformación en el paladar y cambios en la posición y forma de la lengua, lo que puede traer como consecuencia trastornos del habla y la fonación en los niños.
Problemas estéticos
Otro de los problemas de la succión digital durante largo periodo de tiempo, es que la presión del dedo en los dientes puede desarrollar diastema, que son los espacios o huecos entre ellos. Esta es una característica que se aprecia frecuentemente en los incisivos superiores centrales y que puede afectar de forma negativa la apariencia de la sonrisa.
Consecuencias en la vida adulta
Una erupción de los dientes permanentes, de forma torcida y amontonada, deriva en un aumento del riesgo de caries y enfermedades en la encía. También puede causar desgaste dental excesivo, dolor de cabeza y dolor de mandíbula, entre otras afecciones.
En consecuencia, es necesario que los niños se deshagan del mal hábito de chuparse el dedo en los primeros años de vida y, para ello, como padres, es prudente hacerles entender los beneficios de unos dientes y huesos sanos y orientarlos con algunas acciones correctivas que los ayuden.
Sin embargo, si ya son niños mayores y producto de ese hábito desarrollaron problemas dentales, lo indicado es consultar con un odontopediatra, para resolverlo con alguno de los tratamientos adecuados.
En nuestras clínicas Moons podemos asesorarte, ya que existen distintos tratamientos según el problema presentado y la edad del paciente. ¡Pero antes te decimos cuáles son!
Tratamientos para corregir efectos de chuparse el dedo
En efecto, como comentamos antes, el hábito prolongado de chuparse el dedo puede llevar a una alineación incorrecta de los dientes, que es lo que se conoce como maloclusión dental o también a empujarlos hacia afuera ocasionando mordida abierta y, si no se corrige a tiempo, habrá más probabilidad de que el niño necesite un tratamiento de ortodoncia.
A continuación, te describimos algunos tratamientos comunes utilizados por los odontólogos y ortodoncistas para corregir la mala alineación dental causada por la succión prolongada del dedo:
- Aparatos ortopédicos funcionales: estos dispositivos se utilizan para guiar el crecimiento de los huesos de la mandíbula y corregir problemas como la mordida abierta o la sobremordida. Recurrir a este tipo de tratamientos en edades tempranas, sirve de gran ayuda para evitar y corregir posibles deformaciones dentales en niños pequeños.
- Aparatos de ortodoncia: son aparatos destinados a enderezar los dientes, corregir problemas de maloclusión dental y diastema (cerrar los espacios entre los dientes) y alinear adecuadamente los labios y los dientes. Es importante aclarar que los aparatos de ortodoncia, aun cuando son tratamientos efectivos, no se recomiendan en niños pequeños porque su aplicación temprana no logra remediar completamente las anomalías. Así que tanto los niños como los padres deben estar en conocimiento de que posiblemente cuando se realiza ortodoncia infantil recibirán un tratamiento en dos etapas, ya sean brackets o alineadores.
- Alineadores invisibles Moons: los alineadores invisibles Moons son pequeños moldes hechos de un polímero que ayuda a empujar los dientes poco a poco hasta llegar a la posición final deseada y conseguir la alineación de los dientes. Sin embargo, tampoco recomendamos su uso en niños pequeños.
- Retenedores: una vez que se ha corregido la mala alineación dental con un tratamiento de ortodoncia, se pueden utilizar retenedores para mantener los dientes en su nueva posición. Son fundas hechas a la medida de cada paciente, que permiten conservar los resultados del tratamiento de ortodoncia y prevenir movimientos dentales no deseados.
En resumen, la succión digital o costumbre de chuparse el dedo es un hábito que los niños adquieren desde los primeros meses de edad o, algunos, desde la etapa intrauterina, pero la intensidad de la succión es un factor que influye para determinar si pueden presentarse problemas dentales posteriores.
Saber cuáles son las causas emocionales o de conducta que lo inducen, aportarles refuerzos positivos y orientarlos con buenas prácticas de higiene puede ayudarlos a que lo dejen, para beneficio de su salud bucal.
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